Muchos
se preguntan si, en efecto, el deporte del béisbol en Puerto Rico  es una alternativa viable para el desarrollo
académico de los jóvenes en el siglo XXI. La respuesta es que sí. Actualmente
Puerto Rico cuenta con  tres academias
especializadas, cuya misión se fundamenta principalmente en fusionar  los deseos de desarrollar al estudiantado,
tanto deportiva como  académicamente.
La
Puerto Rico Baseball Academy  and High
School (PRBAHS), la primera institución de este tipo en la isla, es una de las
entidades académico-deportivas que fusiona, desde su fundación en el año
2004, ambos programas (académico y deportivo) en uno solo.
Según su directora, Lucy Batista, “instituciones como la PRBAHS persiguen que
los jóvenes lleven de la mano el desarrollo de sus capacidades académicas y
deportivas,  para que cuando culminen su
cuarto año las alternativas sean variadas; lo mismo que llegue la oportunidad
profesional o surja la oportunidad de continuar estudios postsecundarios”.
Al
día de hoy, entre 500 y 600 estudiantes se han graduado de la PRBAHS, y de
esa suma, alrededor de poco más de 100 jóvenes han  sido seleccionados en lo que se conoce como
el sorteo de novatos de Las Grandes Ligas de Béisbol. Como dato curioso, cerca
de 72 jóvenes puertorriqueños, producto de la academia que ubica en el pueblo
de Gurabo, han logrado firmar con alguna organización profesional.
El
surgimiento de estas instituciones académico-deportivas responde,
principalmente,  a la tendencia de las
organizaciones de las Grandes Ligas a reclutar jóvenes, no mientras cursan la
escuela superior, sino cuando forman parte de alguna universidad. 
Según
Batista, el establecimiento de un programa que lleve de la mano lo académico y
lo deportivo permite que, a diferencia de otros países latinoamericanos como la
República Dominicana y Venezuela, los jóvenes puertorriqueños, practicantes del
béisbol, formen parte del deporte rentado sin la preocupación de no haber
terminado sus estudios secundarios. Batista añade que los jóvenes que no logran
una oportunidad en el sorteo de novatos de Las Grandes Ligas (Draft) tienen la
oportunidad, siendo parte de proyectos especializados como este, de dar
continuidad a sus estudios en alguna universidad  y,  por
tanto, al mismo tiempo a sus esperanzas de firmar. 
Para
algunos conocedores del tema, esa es la ventaja que la imposición del Draft ha
dado a Puerto Rico a partir de 1991, año de su implantación; que al momento de
los jóvenes peloteros ser elegibles para formar parte de alguna organización,  estos tienen que haber terminado su cuarto
año. 
El
estudiante de nuevo ingreso, de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río
Piedras, Gabriel González, es un ejemplo de los jóvenes que han logrado aprovechar
las oportunidades académicas que surgen en el transcurso de la práctica del béisbol.
Para Gabriel,  el béisbol es mucho más
que un deporte,  es un modo de costear
sus estudios y, por ende, se convierte en un estilo de vida. 
González, alumno de la Facultad de Administración de Empresas y egresado de la
PRBAHS ve en el deporte una manera de mantener con posibilidades su vida como
universitario.
“Tener
unas buenas calificaciones te permite entrar a cualquier universidad a través
del deporte y con esos estudios puedes ser alguien en la vida”, señaló la
joven promesa, quien espera por una oportunidad en el béisbol Doble AA de
Puerto Rico.
Actualmente,
cerca de 600 jóvenes puertorriqueños han corrido la misma suerte de Gabriel,
académicamente hablando. Más de 200 jóvenes, producto de las tres academias
especializadas en béisbol en Puerto Rico, han experimentado la experiencia del
Sorteo de Novatos de las Grandes Ligas, de manera que el béisbol puertorriqueño,
en el siglo XXI, ha evolucionado: de ser un simple deporte, se ha convertido en
un fenómeno multi e interdisciplinario dirigido al desarrollo de la juventud puertorriqueña.  


 
 
 
 
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