|  | 
Para muchos, la jubilación trae consigo drásticos cambios que representan serios desafíos, tanto para la persona que vive el proceso en carne propia como para aquellos que lo rodean. En el caso del retirado profesor Víctor Emilio López Tosado, sin embargo, la jubilación ha sido sencillamente otra experiencia más en una productiva vida profesional, y una que le ha permitido dedicarse de lleno a otros de los muchos intereses que ha cultivado con el paso de los años.
“(El retiro) me ha permitido planificar mi vida mucho
mejor”, afirma López Tosado, quien sumó cerca de 25 años como profesor en la
Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras,
antes de acogerse al retiro en 2010, aunque al presente continúa ofreciendo un
curso.  Entre las ventajas de su nueva
libertad, el académico menciona que “no tengo la carga de las tareas
administrativas que solía tener, ni la obligación de estar en la Universidad en
horarios de oficina ”.
Aún así, López Tosado rechaza que el agotamiento
jugara un papel mayor al momento de tomar la determinación de acogerse a la
jubilación.  Más bien, caracteriza la
decisión como una “estratégica”, impulsada por las dificultades económicas que
ya venía confrontando el principal centro docente del país.  “Ya se veía como algo problemático la
cuestión de las pensiones, se hablaba de recortes…así que dije, es mejor
terminar ahora y no enfrentarme a los problemas que de hecho han surgido.  O sea, que entiendo que fue la decisión
correcta en el momento”, explica el siempre articulado profesor.
Y la realidad es que nadie podría culpar a López
Tosado si alegara sentirse cansado.  Su
resumé académico-profesional es impresionante y extenso, habiéndose graduado de
maestría (biología) y doctorado (biología ambiental) de la prestigiosa Universidad de Harvard y fungido como profesor asistente en  la Universidad de Boston y la Universidad de Massachussetts (UMass), antes
de regresar a Puerto Rico en 1986 para continuar su carrera pedagógica en la
UPR.
Al tiempo que laboraba como profesor en Río Piedras,
el camuyano se mantuvo estudiando, aunque esta vez enfocado en otra área.  “Siempre tuve interés en el campo de la psicología,
así que desde mi bachillerato tomaba cursos de psicología”, relata López
Tosado.  Posteriormente, decidió
dirigirse a México, donde completó una especialidad en hipnosis.
Labor como
hipnoterapeuta
Esto último le ha permitido practicar la hipnosis con
fines terapéuticos por los pasados quince años. 
Es una labor que apasiona a “Millo”, como le conocen sus amigos, y una
profesión que asegura es malentendida por la mayoría en Puerto Rico.  “Hay muchos que piensan que cuando los
hipnotizan van a estar bajo el control de otra persona.  Sin embargo, estos son mitos que se han
cultivado a lo largo de los años a través del cine, la televisión, el teatro y
de ideas que le inculcan a la gente, sobre todo grupos religiosos”.  Asimismo, López Tosado argumenta que la
hipnosis resulta en beneficios para el paciente sin los riesgos que conllevan
los efectos secundarios que producen muchos de los fármacos que se recetan en
la medicina convencional.
Aunque López Tosado admite pícaramente que “ya no
estoy joven”, afirma que la carga de compaginar su labor como profesor con su
faena como hipnoterapeuta, de sesiones que pueden tomar hasta hora y media, no
es demasiada.  “Trabajo sólo tres días a
la semana, lunes, miércoles y viernes y veo un máximo de tres pacientes por día.  Incluso, si algún paciente no puede un día
regular, puedo hacer los arreglos para acomodarlo en otro día”.
Pese a que suene difícil de creer, López Tosado dice
que no se preparó académica o profesionalmente con la posibilidad del retiro en
mente, sino que sencillamente se dejó llevar por sus intereses.  Se considera, eso sí, una persona muy
“afortunada” por muchas razones, entre ellas la solidez económica de la que
disfruta, que le permite mantener el estilo de vida que acostumbra, sin la
necesidad de recortar gastos significativamente. 
“La pensión (de los profesores) es bastante buena, al menos a nivel
universitario, donde aquellas personas que trabajaron a tiempo completo reciben
el 75 porciento de su sueldo original, así que en ese sentido puedo seguir
funcionando bastante bien.  Puedo
inclusive prescindir del trabajo (como hipnoterapeuta) y vivir muy bien con la
pensión”, sostiene. 
Importancia de
los intereses
Además de la estable situación financiera en que se
encuentra, don Víctor señala a la gran cantidad de intereses que ha
desarrollado como otro de los factores que lo ayudan a mantenerse en gran
estado anímico, contrario al desequilibrio emocional que llegan a enfrentar
otras personas al jubilarse, que de momento se chocan con la realidad de que no
tienen nada a qué dedicarse y en qué invertir su tiempo y esfuerzo.  Para López Tosado, los profesores
universitarios son un grupo profesional que generalmente encuentra el modo de
mantener una vida productiva tras acogerse al retiro, ya que se pueden quedar
cerca del ámbito académico, ya sea trabajando en organizaciones relacionadas
con la universidad u ofreciendo cursos a tiempo parcial en instituciones
privadas.  Aún así, reconoce que “hay
otros que se dedican a disfrutar de la pensión definitivamente.  Ni se asoman por aquí”, añade en tono jocoso.
El otro elemento que López Tosado cataloga de
indispensable para el bienestar según se avanza en edad es la salud, tanto
física como emocional.  Este es un
aspecto que está directamente ligado con el nivel de actividad, y por ende con
los intereses, que el jubilado preserve. 
“Hay mucha investigación (que indica) que la actividad física y mental
mantiene generación celular porque se hacen conexiones con el cerebro, y así se
disminuyen enfermedades como el Alzheimer. 
Un ejemplo es mi hermana, que se dedica a las artesanías luego de
aprenderlo tarde en su vida y mi hermano, que cultiva orquídeas en una finca en
Las Marías, y ambos viven muy productivamente “.
Si bien López Tosado está consciente de que su caso
particular no representa la realidad de muchas otras personas, quizás una
mayoría, él entiende que la capacidad de vivir feliz, productiva y
saludablemente luego de retirado se resume a fin de cuentas en dos claves: el
nivel de actividad y la actitud que adopte el individuo.  “Quizás no puedo hacer una caminata por una
montaña como antes o tirarme en un kayak por un río.  Pero puedo planificar e ir al cine, a una
actividad artística o viajar”.  En fin,
don Víctor Emilio López Tosado hace y hará lo que le gusta e interesa, como
siempre lo ha hecho.
 
 
 
 
0 comentarios:
Publicar un comentario